Por Rafakir
Recuerdo haber visto películas con historias de los castillos en el medioevo, y vaya que me gustan. Ver cómo reconstruyen la época me permite viajar en el tiempo e imaginar cómo debió haber sido entonces.Sin duda una parte que es especialmente emocionante de este tipo de películas son las batallas. Recreadas con dramatismo, los guerreros medievales se lanzaban a la conquista (o a la defensa dependiendo de qué lado del muro estuvieran) de algún reino.Algo que no se puede negar es que el hombre medieval era muy creativo,baste ver el catálogo de instrumentos de tortura que desarrollaron,producto de una enorme imaginación y largas horas de ocio. ¿Cómo explicar, si no, la brillante idea del aceite hirviendo como arma?¿qué armadura es lo suficientemente fuerte para resistir la temperatura del aceite? ¿qué persona es suficientemente fuerte para no temerle a tan terrible arma?
Si bien este blog no es de historia, tiene con la edad media un punto en común: el uso del aceite hirviendo. Claro que aquí no se utiliza en las mismas cantidades (ni para lo mismo, obviamente), pero es cierto que cuando uno es un novato (o como yo, un completo inútil) en esto de la cocina, la sola imagen del aceite hirviente cayendo sobre los guerreros nos puede paralizar cuando leemos en alguna receta: "se fríen en aceite hirviendo los muslos..."
ACEITE HIRVIENDO....MUSLOS....!!!Es por eso, por solidaridad con aquellos que sienten los mismos irracionales pero ciertos miedos, que ahora les comparto un par de consejillos que les pueden hacer un poco mas llevadera su relación con el uso de este candente material y en general con la cocina.
Teniendo en cuenta el comportamiento del aceite hirviendo y por la más básica relación química entre éste y el agua (que como Verónica Castro y Lucia Méndez o más recientemente Thalia y Pau) recordemos que no más no se llevan. Esto es decir que si uno está caliente, al puro contacto con la otra, reaccionará violentamente en un chisporroteo, que si bienes CASI inofensivo, es desagradable y ensucia mucho (ah, cómo pringa!). Por tanto, recomiendo fuertemente, secar cualquier rastro de agua que pueda haber dentro del sartén o cacerola a utilizar antes de vertir el aceite y no confiarse en que el calor evaporará el líquido,por que no siempre es así, o si el aceite está frío, no hará reacción con las gotas del agua, pero tan pronto adquiera la suficiente temperatura, recordará sus rencores. Lo que yo hago es secar el sartén muy bien antes de cocinar nada.
En algunas ocasiones, las verduras recién lavadas o que contienen mucha agua producen el chisporroteo, en este caso, si no se les puede quitar el exceso de agua acumulada en la superficie con una servilleta(como en el caso de un jitomate o una salsa) lo mejor es colocarlos dentro del sartén con el aceite hirviendo usando un vaso y vertiendo el contenido en un solo movimiento que JAMAS SERA RAPIDO O ABRUPTO. Lo mejor es vaciar con firmeza y decisión, eso evita accidentes. (Se recomienda en este punto, tratar de recordar cualquier película de castillos).
Pero hay momentos en la vida de la cocina o ciertas recetas que requieren la freída de piezas completas como el caso de filetes de pescado o piezas de pollo. Para esto recomiendo que no se utilicen los famosos guantes para agarrar cosas calientes, pues disminuyen la habilidad de las manos y son propensos a quemarse si entran en contacto con la llama de la estufa, produciendo un accidente mayor. Lo mejor es perderle el miedo al potencial peligro del aceite y no hacer movimientos bruscos y NUNCA aventar la porción de comida sobre el sartén. Una vez más, los movimientos firmes son decisivos, si bien es cierto que el aceite puede aventar pequeñas gotas que caen en la piel como alfileres, el daño es siempre mínimo y mucho menor que lo que un movimiento torpe pueda ocasionar, al retirar bruscamente la mano, con el riesgo de tirar al piso el sartén con el aceite hirviendo.
La prudencia y la experiencia son siempre las mejores consejeras, por lo tanto, dejo en claro que estos consejos son los que he acumulada en mi vasta experiencia de quince minutos en la cocina, pero que pueden ser de ayuda. Por último, les recuerdo que, como todas las sustancias o materiales peligrosos que a veces es necesario utilizar, hay que perderles el miedo pero jamás el respeto.
Bon appetit!
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